La enorme ilusión con la que llegó el público huanuqueño hasta el Monumental se estrelló con la realidad. De poco sirvió que el equipo de Franco Navarro, haya tenido un apoyo abrumador. En el campo la diferencia era tan grande como en las tribunas, pero a favor de la Universidad San Martín.
Convencido de que el único camino hacia el éxito es el protagonismo, la San Martín no tardó en manejar el partido y arrinconó a su rival que metido en su campo, esperó algún descuido para convertir de contra.
El equipo del Maño Ruiz se paró en la cancha con la confianza del que se siente superior. El asunto era traducir esa superioridad en el marcador, cosa que no tardó en llegar. El gol de Pedro García no solo le dio tranquilidad a la San Martín, también hizo ver los errores defensivos y las ventajas que daba León en el fondo. Después llegaría la impecable definición de Vitti.
León quiso compensar su falta de ideas con entrega y pierna fuerte, argumento que es complemento al fútbol que se necesita en las definiciones. El descuento le dio cierto dramatismo al partido pero las arremetidas de Perea no fueron suficientes para poner en peligro el tercer título santo.
La San Martín se coronó en el Monumental pero a lo largo del año demostró ser el mejor. Ganó el Descentralizado con seis puntos de ventaja sobre el segundo puesto (Alianza sumó 56 ptos). Las diferencias se ampliaron en la liguilla impar; sumó 92 puntos dejando en el camino a los dos grandes: Alianza llegó a 78 y Universitario totalizó 72. Toda esta producción se refleja también en la tabla acumulada, donde superó largamente la gran campaña que tuvo León de Huánuco ganador del grupo par con 81 puntos.
Desde Santa Anita planificaron todo para pelear el título; contrataron al Maño Ruiz, un técnico mundialista de gran capacidad, confiaron en los goles de Hebert Arriola y el delantero argentino respondió con 24 gritos de gol. El técnico encontró rápidamente la base del equipo, que jugó al ritmo de Pablo Vitti una de las figuras más destacadas de la temporada.
La San Martín fue el equipo que más ganó a lo largo del año. También fue el que menos perdió; el que más goles convirtió y el segundo equipo que menos goles recibió (Universitario fue el equipo menos batido).
Es un hecho que todavía no es un grande del fútbol peruano, pero en su sexto año de vida consiguió su tercer título nacional. Para tener tradición e hinchada hay que recorrer un camino muy largo y la San Martín hace rato que lo empezó a transitar.
