La vida no es la misma sin fútbol

La vida no es la misma sin fútbol

Les presento a “Fanáticos club band”, un grupo mexicano liderado por Joel Jáuregui, un compositor apasionado, que nos dice lo que gran parte del mundo piensa. “La vida no es la misma sin fútbol”.

Sólo se pide compromiso

Pocas veces ocurrió que un técnico haya gozado de tanta aceptación para dirigir a una selección como Sergio Markarián. Pero más raro es que un entrenador haya concedido tantas entrevistas antes de ser presentado oficialmente. En las notas el técnico confirmó que conversará con los jugadores que hacen carrera en el extranjero. Primero para explicarles el proyecto que quiere realizar y después para pedirles algo muy difícil: COMPROMISO.

Como si el hecho de ponerse la camiseta de la selección no fuera suficiente, el futbolista peruano se entrega a fondo cuando tiene al frente a un técnico al que reconoce con trayectoria.

El compromiso no es más que sacrificio y eso justamente fue lo que le faltó a la selección en las últimas eliminatorias. En el extranjero destacan la habilidad, el talento y la técnica del futbolista peruano, pero muchas veces eso no alcanza, porque el compromiso hay que tenerlo dentro pero también fuera de las canchas.

Uruguay nos dio una lección en Sudáfrica. El equipo de Tabárez tuvo dos figuras brillantes como Fórlan y Suárez, pero el resto del equipo estaba por debajo del nivel de los atacantes. Orgullosos de su historia, los uruguayos apelaron al temperamento y a la entrega para seguir con vida en el mundial. Así fue como eliminaron con gran dramatismo a Japón y a Ghana, y fue así como cayeron ante Holanda y Alemania. Su gente no dudó y los recibió como héroes.

La selección no puede permitirse más escándalos. Tampoco deberá tener expulsiones extrañas que más parecen abandonos premeditados, como ante Uruguay en el centenario. El hincha no es ingenuo y sabe perfectamente quién se borra en las malas.

No hay que confundir las cosas. Se pide compromiso, que no es lo mismo que clasificación. Qué los jugadores tengan por seguro que la gente reconocerá la actitud y la entrega, aunque no se llegue a Brasil 2014. De esa forma, habremos dado un gran paso.