El negocio del fútbol (con auspiciadores en transmisiones incluidos) no puede parar y para eso se busca con poca inteligencia una mayor cantidad de partidos por temporada. El tema es que el afán de lucro tendría que estar acompañado de ideas que permitan que el sistema y el desarrollo del torneo sea lo más atractivo posible.
Estamos por ingresar a la segunda parte del campeonato y mientras el grupo impar contará con los candidatos de siempre y por ende tendrá la atención de todos, el otro que reunirá a la mayor cantidad de equipos provincianos no le interesará a casi nadie.
Lo que es casi un hecho es que un equipo de Lima disputará la final con uno de provincia (Melgar y Huaral son los únicos campeones nacionales de provincia), y entonces equipos como León de Huánuco, la Vallejo y el mismo Aurich podrían estar ante una oportunidad histórica.
La gente dirá que la parte final del campeonato pasado fue un éxito porque lo definieron Universitario y Alianza, y es cierto. Pero lo que no dicen es que este formato llama a la suspicacia hasta último momento porque se pueden dar arreglos que gracias al fútbol no existieron.
Otro error de los directivos – O acaso el más grande - fue que el campeón y el subcampeón del torneo de reservas otorguen puntos a sus respectivos equipos de primera, como si no fueran torneos independientes. El miércoles la Universidad San Martín y Alianza definirán el segundo lugar de reservas y los chicos de ambos equipos tendrán una enorme presión, porque una victoria de cualquiera ampliaría o reduciría la ventaja en el grupo impar (torneo de primera). Incluso el propio Gustavo Costas (su equipo podría ser favorecido), desaprobó la decisión.
http://depor.pe/noticia/619430/gustavo-costas-torneo-se-esta-desvirtuando.
La gran mayoría de chicos de reservas está en la parte final de su formación, pero ahora hasta podrían definir la suerte del primer equipo. Un verdadero disparate que no hace más que describir a los dirigentes que manejan nuestro fútbol.
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